Dra. Sandra Treviño
Médico Internista. CLISIDA
HGR No. 1 IMSS
La erradicación del VIH:
Cuando la esperanza es peligrosa.
Hace 30 años era impensable
contar con un tratamiento efectivo contra el VIH, hace 15 años parecía difícil
que los fármacos antirretrovirales (ARV) tuvieran un efecto duradero y hace 5
años el que un paciente con resistencia múltiple a medicamentos lograra
supresión duradera del VIH era un sueño lejano. Hoy nos enfrentamos a otra meta
que de entrada se antoja imposible: La erradicación del VIH. La sociedad médica
tiene opiniones encontradas, las voces a favor ponen los ejemplos de los
pacientes de Berlin, Boston y el más sonado caso de la niña con “curación
funcional” reportado este año por la Dra. Persaud. Además los avances en
técnicas de laboratorio que permiten calcular el tamaño del reservorio viral,
así como el hecho de que el uso temprano de ARV parece producir una mayor
disminución de dicho reservorio en comparación a un inicio más tardío
contribuyen al entusiasmo de quienes piensan que la erradicación del VIH es por
lo menos posible. Sin embargo también es cierto que hasta el momento actual no
se ha encontrado una traducción clínica de la disminución del reservorio, los
pacientes pese a todo siguen requiriendo del tratamiento ARV salvo casos
específicos como es el caso de los denominados controladores post-tratamiento.
No se ha identificado qué factores permiten este control y aún si así fuera, el
virus en estos pacientes no desaparece. Por otro lado los intentos de encontrar
una vacuna terapéutica o profiláctica han fracasado. El hallazgo más relevante
en este campo se divulgó en el Congreso de Retrovirus y Enfermedades Oportunistas
(CROI) en el año 2012 cuando se identificó una estructura inmunogénica del VIH
que permitirá desarrollar una vacuna en los siguientes años. Entre estas
opiniones divididas de la comunidad científica, quedamos los médicos de a pie y
los pacientes. En foros científicos internacionales como la Conferencia Mundial
de SIDA celebrada en Kuala Lumpur este año se dio una gran difusión a los esfuerzos
encaminados a la erradicación del VIH, provocando en muchas personas la
percepción de que la solución estaba próxima. La búsqueda de la cura es un
noble propósito y encontrarla beneficiaría a millones de personas en todo el
mundo, pero si bien parece posible en la práctica la solución está aún lejana.
Una consecuencia negativa de percibir como cercana a la cura del VIH es el
incremento en las prácticas de riesgo y la suspensión del tratamiento ARV o la
negativa a iniciarlo. De hecho existe el antecedente de un ensayo clínico controlado
con placebo en donde los sujetos que participaban para encontrar una vacuna profiláctica
contra el VIH tendían a incrementar las prácticas sexuales no protegidas debido
a una percepción equivocada de tener un riesgo bajo de adquirir el VIH. Debido
a lo anterior, hoy más que nunca debe favorecerse una adecuada comunicación
médico-paciente a fin de contar con expectativas realistas sobre la
erradicación del VIH, y mientras esto ocurre no descuidar los aspectos
preventivos tanto en las personas que viven con el VIH como en la población
general, y así tal vez haya menos casos que erradicar cuando llegue la cura.
Sandra C. Treviño
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